¡Muy bien! ¡ Has elegido la fuente! Así que …como 40 pasos hacia el frente puedes observar una fuente grande, donde hay otros niños, jugando tranquilamente y sin miedo; te acercas a ella, ¡qué curioso! al ir llegando observas el cartel con el botón, cuando lo aprietas, escuchas como una señorita muy amable te explica que esa fuente sirve para reflejarte en ella y ver todas las cosas bonitas y positivas que hay en ti, así que, si estás preparado y te apetece, sólo tienes que acercarte y mirar, avisa con un gesto (como levantar la mano) cuando toques el borde de la fuente, porque justo en ese momento, oirás todas las cosas buenas que hay en ti , pero para que este hechizo mágico funcione, tienes que repetirte la frase a ti mismo, así, si la fuente te dice que eres hermoso, tu tienes que repetir ¡YO SOY HERMOSO! Y tienes que hacerlo con ganas y mucha energía positiva para que la fuente vea que te la tomas en serio. Cuando el niño avise que ha tocado la fuente, empezamos a decirle con voz pausada y agradable cosas positivas como “Eres muy guapo”, “Eres muy inteligente” “Eres muy colaborador en las tareas de casa” “Eres un niño que ayuda a mamá en …” etc… máximo le decimos 10 cosas por meditación.

Le pedimos que inspire y exhale, tras repetir él/ella cada una de las autoafirmaciones, para ayudar a la integración de las mismas. Cuando ya hayas oído todas las cosas positivas que hay en ti, te vas a sentar en el bordillo de la fuente y vas a mojarte los pies, es fácil, porque no es una fuente profunda, te llega el agua hasta las rodillas, y justo cuando te mojas los pies, puedes sentir como te empiezas a creer al 100 x 100 y hasta el infinito, todas esas cosas positivas, que te ha dicho la fuente y que tú has repetido, mientras sólo tenemos que respirar con la barriguita, como hemos aprendido… Damos unos 7 u 8 minutos al niño en silencio … Cuando ya sientas que has terminado con este juego, volvemos a respirar profundamente y nos desperezamos unos segundos, volviendo al momento presente de forma tranquila y relajada.